» Bebidas refrescantes y sociedad

180 años de historia

Las bebidas refrescantes llevan más de 180 años fabricándose en España. Las primeras fueron los sifones y después llegarían las gaseosas y otras bebidas de distintos sabores. Al igual que en otros países, se empezaron a elaborar en las farmacias y se bebían para mejorar pequeñas dolencias, aunque pronto triunfarían por su buen sabor.

Durante años, las gaseosas lideraron el mercado español. En los años 50 había más de 5.000 de fabricantes de estas bebidas. En cada provincia había pequeñas empresas que vendían sus productos, de casa en casa y en los bares de la época.

Los sabores se fueron ampliando cada vez más, como la naranja, el limón y la cola, que acabarían por convertirse en los preferidos por los españoles. A partir de la década de los 60, la tónica y el bitter supusieron una importante novedad en un mercado dominado por los refrescos dulces.

La industria Española también ha hecho su aportación a la historia internacional: el primer refresco sin burbujas es de origen español, “Trinaranjus”, creado por el Dr. Trigo en 1934. Su nombre surge de su contenido de zumo de tres variedades de naranja valenciana.

Además de los refrescos sin gas, que han vivido un gran despegue en las últimas décadas, otro de los hitos del sector ha sido el de crear bebidas light,  auténticamente bajas en calorías ya que muchos tienen cero y todos están por debajo de las 7 calorías por 100 mililitros. Esto respondía a las nuevas demandas de una sociedad cada vez más preocupada por el aspecto físico.

Pero no sólo aumenta la oferta de sabores, los envases también se han adaptado a los tiempos. Primero fue el cristal y luego se fueron aligerando las botellas y aparecieron las latas y el plástico PET, que es el material más utilizado en la actualidad. El vidrio, en concreto las botellas de 200 ml son características de la hostelería española.